Page 14 - ALL BOYS | HISTORIAS DE MI CLUB
P. 14
ALL BOYS | HISTORIAS DE MI CLUB

la pata. Y pensar que ese chanta me dijo “además de oler la cola de esturión con las que están
pegados estos lomos; ¿¡¿perciba el aroma de las aguas en las que nadó este pez antes de llegar al
libro?!?” –remembró el Vasco.
El Tano, en vano, hizo todo lo posible para calmar y contener a su compañero. Cuando se disponía
a partir se llevó entre sus pertenencias un libro que su amigo había arrojado en la cesta de “papel
para reciclar” en un momento de arrebato... que en la cubierta rezaba “Antología de cuentos”; pero
en su interior contenía un análisis de épicas partidas de ajedrez en ruso.
Semanas más tarde, mientras el vasco hacía hasta lo imposible para mantenerse en la presidencia
y proteger a su amigo de las embestidas de la oposición, el Tano avanzaba en las llaves del torneo
de fútbol de alcance nacional.
Para sorpresa de todos, cuando un periodista deportivo reporteó al flamante Director Técnico acer-
ca de la innovadora estrategia motivacional puesta en práctica antes del comienzo del partido, sólo
contestó que se limitó a que los jugadores del equipo salgan a percibir y apropiarse de las viejas
glorias deportivas que estaban latentes en el campo de juego, tablones y vestuarios. Cuando le
preguntaron por el brillante planteo táctico implementado en el partido sólo respondió que lo extrajo
de un libro de ajedrez que tradujo como pudo de internet del cual no recordaba título o autor por
ausencia de tapa pero que se basada en una táctica de maximizar en beneficio propio los errores
del rival. Cuando le interrogaron por los destinatarios de sus agradecimientos sólo respondió: -para
mi amigo el Vasco porque de él he obtenido mis ideales y del libro que él me regaló he obtenido la
técnica de la acción –explicó el exitoso entrenador.
Al caer la noche, el Tano entró en la biblioteca gritando
-¡Vasco querido; lo hicimos! Somos Campiones!. Su amigo no se encontraba en el lugar. Una nota
de renuncia fechada con anterioridad al partido final estaba encima del escritorio. Un profundo si-
lencio reinó de la biblioteca mientras el Tano leía la misiva.
Después de unos instantes, entre las cajas de libros etiquetadas para descarte por su imposibilidad
de inventariar, se escucharon como murmullos. El Tano se acercó sigilosamente a las mismas y se
limitó a percibir con sus sentidos. No eran más que calurosos y apasionados debates a favor y en
contra de la decisión tomada por el renunciante. Voces del pasado que se hacían presente. Durante
minutos presenció impactante homenaje de los autores de libros olvidados al presidente saliente.
Antes de abandonar por última vez la biblioteca, percibió el profundo dolor de su amigo cuando
tuvo en sus manos una emotiva carta dirigida a él. El vasco había aguantado estoicamente las pre-
siones recibidas por los socios opositores para que el equipo de fútbol juegue la final dirigidos por
otro director técnico. En ese preciso instante percibió, como nunca antes, la esencia del trabajo en
equipo.
Nunca jamás una Comisión Directiva gobernaría al Club bajo los preceptos del consenso, la par-
ticipación y de la negociación. Nunca más, las generaciones venideras del Club, empardarían o
superarían tamaña gesta deportiva o magnánimos logros culturales.

14
   9   10   11   12   13   14   15   16   17   18   19