La Subcomisión de Cultura del Club Atlético All Boys entregó una nueva distinción “Negro García López”. En esta oportunidad, el homenajeado fue uno de los músicos más destacados de nuestro tango, el maestro Ernesto Baffa.
Con casi setenta años de carrera, Ernesto Baffa es considerado uno de los exponentes más importantes que ha dado el 2 x 4. Debutó con apenas dieciséis años y pasó por las orquestas de Stamponi, Gobi, Salgán y Troilo, con éste último diecisiete años, para llegar finalmente a su propia orquesta junto con Osvaldo Berlingieri.Acompañó a cantores de la talla de Goyeneche, Alberto Marino, Roberto Rufino. Recorrió Europa y Japón con un éxito notable. Grabó más de veinticinco discos y en 1992 fue declarado ciudadano ilustre de la Ciudad por la legislatura porteña.
Nacido en nuestro querido barrio en 1932, su arraigo quedó plasmado en su obra instrumental “Oda a Floresta”.
En un momento de la noche, el maestro nos confesó “cada vez que paso por mi casa natal de Belaustegui y Bermudez, me lleno de recuerdos…y…el barrio tira”
La emoción fue creciendo con el transcurso de la noche, Ernesto estuvo cerca de la gente, bien cerca, con su música, con su voz contándonos diferentes anécdotas de su carrera y su juventud en el barrio de Floresta.
El espectáculo se inicio en la cautivante voz de Marta Pizzo, recitando con toda sensibilidad versos de su autoria. Luego, se presentó la cantante Alejandra Palermo, quien interpretó magistralmente cuatro clásicas piezas, entre ellas “Che bandoneón”.
Y para cerrar la maravillosa velada, el maestro Baffa canto a través de su bandoneón, regalándole a los presentes la recordada pieza de Aníbal Trolio, “Responso” , el “Ave María” de Schubert, y acompañado de Jorge Bloise en la voz, “La última curda”, “Los cosos de al lao” y “Malena” . La vigencia de Baffa es notable, sus interpretaciones son magnificas y con todo el sentimiento de siempre.
Entre interminables aplausos, la alegría de otra noche mágica, se le entregó al maestro la distinción “Negro García López”, junto a una camiseta de nuestro club, todo de las manos de Pamela, hija del querido guitarrista. “Que Dios los bendiga, se los deseo de todo corazón”, agradeció, como todo un maestro.
Finalmente, y como es habitual, los presentes disfrutaron del ameno buffet, dándole el marco cordial para que Baffa descansara firmando autógrafos a todos los presentes. No faltaron las risas y las fotos.
Sin duda, fue una noche emotiva, memorable, y sobre todo distinta, engalanada por la admirable presencia de tamaña figura de nuestra cultura. Prometió volver para alentar al blanco y negro.
Por todo esto es que le decimos: gracias maestro!